19 de Octubre Día Internacional del Cáncer de Mama

Día Internacional del Cáncer de mama

 

 

El Cáncer de Mama ha hecho limpieza en mi vida, ya

 no me quejo por tonterías. 

 

 

 

 

Te llegará una rosa cada día

Que medie entre los dos, una distancia

Y será tu silente compañía

Cuando, a solas, te duela la nostalgia…. (Alberto Cortés)

 

 

A Emilia

Emilia

Ha llegado la hora
de un merecido descanso
tesón en tu labor
nos has demostrado,
entregando horas a tu trabajo
te retiras para hilar recuerdos
los que has juntado
en tantos años
tienes la dicha
de retirarte para disfrutar
de la vida los frutos
que te ha dado tanto trabajar.

Nos conocimos en el año 2005
Cuando empezamos en la universidad
Nuestro  curso 1º de Cultura y Civilización
Momentos inolvidables que llevaremos siempre
en nuestro corazón.
Te echaremos de menos
pero te despedimos
con un cariñoso abrazo
que disfrutes de buena salud   
y nos guardes en tus recuerdos
como nosotros a ti te guardaremos.
Disfruta que bien merecido lo tienes por tu entrega  y tu simpatía por habernos dedicado años de buen trato, momentos tan felices en tu compañía.
Esta es la mejor temporada de tu  vida, disfrútala.
Que el sol brille en tu ventana.
Que las manos  de tus  amigos  siempre estén  cerca de ti, con nuestro cariño siempre para ti, querida Emilia.

 

Luz

 
 
 

LAS CUATRO VELAS

 
 
 
 

Las cuatro velas se quemaban lentamente.

En el ámbiente había tal silencio que se podía oir el diálogo que mantenían.

La primera dijo:

– ¡YO SOY LA PAZ!

Pero las personas no consiguen mantenerme.

Creo que me voy a apagar.

Y, disminuyendo su fuego rápidamente, se apagó por completo.

Dijo la segunda:

– ¡YO SOY LA FE!

Lamentablemente a los hombres les parezco superflua.

Las personas no quieren saber de mi.

No tiene sentido permanecer encendida.

Cuando terminó de hablar, una brisa pasó suavemente sobre ella y se apagó.

Rápida y triste la tercera vela se manifestó:

– ¡YO SOY EL AMOR!

No tengo fuerzas para seguir encendida.

Las personas me dejan a un lado y no comprenden mi importancia. Se olvidan hasta de aquellos que están muy cerca y les aman.

Y, sin esperar más, se apagó.

De repente…

Entró un niño y vió las tres velas apagadas.

-Pero, ¿qué es esto?. Deberíais estar encendidas hasta el final.

Al decir esto comenzó a llorar.

Entonces, la cuarta vela habló:

– No tengas miedo, mientras yo tenga fuego, podremos encender las demás velas.
YO SOY ¡LA ESPERANZA!

Con los ojos brillantes, agarró la vela que todavía ardía…
Y encendió las demás.

¡Que la esperanza nunca se apague dentro de nosotros!

…y que cada uno de nosotros sepamos ser la herramienta que los niños necesitan para mantener la Esperanza, la Fe, la Paz y el Amor.

LA FÁBULA DE LA RANA Y EL ESCORPIÓN

 
LA FÁBULA DE LA RANA Y EL ESCORPIÓN
 
 
Un escorpión se encontraba en la orilla de un río y ansiaba cruzar al otro lado. Entonces apareció una rana y el escorpión vio el cielo abierto: "Rana, necesito cruzar el río, pero como no sé nadar me ahogaría en el intento, así que, por favor, permíteme que me suba en tu espalda y de esta forma podremos llegar los dos a la otra orilla". La rana, lógicamente desconfiada, veía ciertos riesgos en semejante proposición: "Tú eres un escorpión y si te permito montar en mi espalda podrías picarme y matarme". El alacrán respondió con un argumento incontestable: "¿Cómo podría picarte? Si lo hiciera yo me ahogaría y moriríamos los dos". Ante la aplastante lógica de tal razonamiento, la rana accedió a ayudar al escorpión. Permitió, no sin cierto reconcomio, que éste se aupara en su lomo y se adentró en el agua nadando por la superficie. Pero cuando la extraña pareja había recorrido la mitad del trayecto, el anfibio notó de repente un pinchazo en su espalda seguido de un intenso dolor. El potente veneno pronto empezó a hacer efecto y su cuerpo comenzó a paralizarse. La rana, atónita, recriminó al escorpión: "¿Pero qué has hecho insensato? Ahora yo moriré por tu picadura y tú te ahogarás. Pereceremos los dos". El escorpión le contestó: "Lo siento, no he podido evitarlo, soy un escorpión".

La naturaleza del escorpión, aunque no justifique su actitud, sí que puede al menos explicarla. Por este suelo nuestro se arrastran multitud de alacranes. Los vemos todos los días en los telediarios; desayunamos, almorzamos y cenamos con sus venenos en formas de guerras que se repiten y crímenes que son ya imposibles de enumerar.

También vemos a su lado a las benditas y sufridas ranas, siempre confiadas en que por una vez las alimañas se comporten con mayor honestidad. Y ahí es donde está su fatal fallo: un escorpión nunca puede ser honesto, no puede evitarlo, es un escorpión. La cándida ancuda hubiera corrido mejor suerte de haberlo sabido, jamás hubiera permitido montar en su grupa al alacrán de haber conocido que éste finalmente le iba a picar. Pero ésta es también, probablemente, la naturaleza de las ranas.

Quién sabe, quizá no exista moraleja acertada en esta fábula, pues las condiciones tanto de unos como de otros se antojan muy difíciles de cambiar.

                    

LOS HIJOS

 
 
 
 

Y una mujer que llevaba un niño contra su pecho le preguntó a un maestro: Háblanos de los hijos. Y él respondió:
Vuestros hijos no son vuestros hijos.
Son los hijos y las hijas de los anhelos que la vida tiene de si misma.
Vienen por medio de vosotros, pero no de vosotros y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen.
Podéis darles vuestro amor, mas no vuestros pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Podéis albergar sus cuerpos mas no sus almas, Porque sus almas moran en la casa del mañana, que ni aun en sueños os es dado visitar.
Podéis esforzaros por ser como ellos, mas no intentéis hacerlos como vosotros.
Porque la vida no marcha hacia atrás, ni se detiene en el ayer.
Vosotros sois el arco por medio del cual vuestros hijos son disparados como flechas vivas.
El arquero ve el blanco sobre el camino del infinito, y os dobla con toda su fuerza a fin de que sus flechas vayan veloces y lejos.
Que el hecho pues de estar doblados en manos del arquero sea para vuestra dicha, por que así como Él ama la flecha que dispara, ama también el arco que permanece firma; por eso vosotros tuvisteis la oportunidad de vivir vuestra vida y la libertad de amar y hacer tu vida.
Deja que tus hijos vuelen solos del nido cuando llegue la hora y no los reclames para que vuelvan, ellos te querrán por siempre y tendrán también su nido del cual algún día ellos solos quedaran, pero fue su nido y su vida, déjalos libres, ámalos con libertad, no apagues su fuego de su hogar vive y deja vivir y ellos siempre te querrán.

 

de Kahlil Gibran

LA LUNA Y LA ROSA (MIGUEL DE UNAMUNO)

 
 
 
 

La luna y la rosa

En el silencio estrellado la Luna daba a la rosa y el aroma de la noche le henchía -sedienta boca- el paladar del espíritu, que adurmiendo su congoja se abría al cielo nocturno de Dios y su Madre toda… Toda cabellos tranquilos, la Luna, tranquila y sola, acariciaba a la Tierra con sus cabellos de rosa silvestre, blanca, escondida… La Tierra, desde sus rocas, exhalaba sus entrañas fundidas de amor, su aroma … Entre las zarzas, su nido, era otra luna la rosa, toda cabellos cuajados en la cuna, su corola; las cabelleras mejidas de la Luna y de la rosa y en el crisol de la noche fundidas en una sola… En el silencio estrellado la Luna daba a la rosa mientras la rosa se daba a la Luna, quieta y sola.

LUZ