EL PINO Y EL ROBLE

 

El cuento del suave pino y el duro roble

Erase una montaña tan pero tan alta, que nunca era posible ver la cumbre; primero porque la vista no podía llegar tan alto y segundo porque ella siempre estaba cubierta de nubes, de muchas nubes; sólo el viento podía llegar a esa altura. En el tope de la montaña habían algunas piedras, siempre acurrucadas por el frío, no había animales y en ella habitaban dos árboles; ellos eran muy valientes porque eran los únicos capaces de vivir en ese sitio, donde siempre habían nubes, y casi no había Sol. Los dos árboles estaban uno al lado del otro y ambos eran muy altos, tan pero tan altos que ni siquiera con la imaginación más grande era posible ver sus copas.

Uno de ellos era un Roble, muy elegante, duro y serio; él se creía el árbol más fuerte y bello de todo el mundo; a su lado el otro árbol era un Pino, también muy elegante, pero no tanto como el Roble, era más blando y tierno, no tan fuerte, pero sí tan alto como el Roble; sus puntas estaban a la misma altura, claro con ciertas pequeñas dudas: el Roble era considerado como el mejor de los dos.

Un día de Diciembre, que era el mes de mayor frío, un viento del Sur sopló y sopló, ambos árboles sintieron que ese viento no era igual al de todos los días, era más caliente como son los vientos del Sur, era mucho más fuerte, entonces el Roble se dijo:

Con mi fuerza y mi poder no hay viento que me asuste.

El Pino, un poco mas sencillo, se dijo:

Ese viento es peligroso, no se calma, mas bien aumenta de intensidad; esto no me gusta.

El Viento sopló más y más fuerte, algunas de las piedras del piso se movieron de su sitio e incluso, algunas se hundieron en la tierra, las nubes se movieron con tal rapidez que sólo se les veía por un instante y ahí no terminó todo; el viento se puso aún más fuerte. El Roble no temía, él era fuerte y duro, y aguantaría cualquier cosa; el Pino que era más blando se comenzó a doblar y a doblar, e incluso hubo momentos en los cuales la punta del Pino tocó el piso, este sentía por eso gran dolor, pero se doblaba y no se partía. El Roble comenzó a doblarse y doblarse, pero era tan rígido y fuerte que al no permitir que él mismo se doblara, empezó a resquebrajarse y a perder sus ramas.

El Pino lo observó y le dijo:

Déjate doblar, así no te partirás.

Pero el orgulloso Roble, le contestó:

No, yo soy fuerte y no me doblaré, yo aguantaré, ya tu verás.

Al Pino no se le partió ni una sola rama, pero el Roble al no permitir que sus ramas se doblaran, empezó a perderlas e incluso perdió parte del tronco; el Pino le decía:

Amigo, si no te doblas, te vendrás abajo, no te resistas.

Y el Roble le contestaba:

No permitiré que mi cuerpo, hermoso y elegante, se doble.

El viento sopló más fuerte, tan fuerte que ya las palabras no se oían; sólo se escuchaba el chirrido agudo que atormentaba los oídos y que sólo lo produce el viento al soplar muy fuerte. En ese momento el Roble comenzó a partirse por la mitad; el Pino viendo aquella situación decidió doblarse al máximo y así al acercarse, pudo soportar el peso del Roble y logró que éste no se partiera y muy poco a poco, fue logrando que el Roble se doblara hacia él, siempre, el Pino sosteniéndolo y de esa manera el Roble pudo tolerar la inmensa furia del viento.

Poco a poco el viento pasó, tardó días en dejar de soplar por completo, el Pino sentía un gran cansancio, no sólo por luchar contra el viento, sino por tener que soportar el enorme peso del Roble para que éste no se partiera, y por ello el Pino, nuestro amigo, quedó extenuado. Al terminar de soplar el viento, el Roble se pudo enderezar y el Pino quedó doblado, había sido tanto el esfuerzo que no pudo enderezarse; el Roble había perdido parte de su tronco, muchas hojas y ramas, pero estaba todavía en pie y al ver al Pino doblado le dijo:

Amigo Pino, ¡que gran amigo eres tú!, te has sacrificado por mi, que incluso te despreciaba por tu debilidad; me has demostrado que la debilidad en algunos momentos de la vida, es lo que más fuerza nos da y que hay que ser flexible y eso te permite tolerar los vientos más fuertes, y me has enseñado que la fuerza esta en la amistad y en la tolerancia. Gracias, querido amigo, de los dos, tu eres el más fuerte y aún doblado, eres el más bello de nosotros dos.

Y así, luego de ese gran susto, ambos árboles estando aún de pie, fueron grandes amigos y lograron crecer aún mucho más, con el tiempo y con algunas ramas del Roble que ayudaron, nuestro amigo el Pino logro enderezarse y hoy por hoy, es un Pino muy derecho y muy bello.

OIR Y ESCUCHAR

 
 
 

“Oir y escuchar”

La diferencia entre oír y escuchar puede marcar, incluso en un acto en apariencia intrascendente, una enorme diferencia en el resultado final.

El herrero del pueblo contrató a un aprendiz dispuesto a trabajar duro por poco dinero. El muchacho era joven, alto y muy fuerte, aunque un poco despistado. Era obediente y hacía las tareas que le encomendaba, pero se equivocaba a menudo y tenía que repetirlas porque prestaba muy poco atención a las instrucciones que el herrero le daba.

Al herrero esto le molestaba un poco, pero pensaba: “Lo que yo quiero no es que me escuche cuando le doy una explicación, sino que acabe haciendo el trabajo y que me cueste muy poco dinero”.

Un día, el herrero dijo al muchacho: “Cuando yo saque la pieza del fuego, la pondré sobre el yunque; y cuando te haga una señal con la cabeza, golpéala con todas tus fuerzas con el martillo”.

El muchacho se limitó a hacer exactamente lo que había entendido, lo que creía que el herrero le había dicho. Y ese día el pueblo se quedó sin herrero, muerto por accidente a causa de un espectacular martillazo en la cabeza…

El muchacho oyó la instrucción y la interpretó. Es decir, oyó al herrero, pero no le escuchó.

Luego vale la pena estar atento y saber escuchar, a nosotros mismos y a los demás.

LA PAZ PERFECTA

 
 
 
 

La paz perfecta 

Había una vez un Rey que ofreció un  gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta.   

Muchos artistas lo intentaron. El Rey observó y admiró todas las pinturas,  pero solamente  hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que elegir  entre ellas. 

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo  perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre estas  se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron  esta pintura pensaron que ésta reflejaba la paz perfecta. 

La segunda pintura también tenia  montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo  furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo  parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no reflejaba nada  pacífico. 

Pero cuando el Rey observó el cuadro  mas cuidadosamente, vió tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una  grieta de la roca. En ese arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del  rugir de la violenta caída de agua estaba sentado placidamente un pajarito en  medio de su nido.  

El Rey eligió esta pintura.  

Porque,  ‘Paz’ no significa estar en un lugar sin ruidos ni problemas, sin trabajo duro o  sin dolor. Paz, significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas  permanezcamos calmados en nuestro corazón. Este es el verdadero significado de  la ‘Paz’.

El viento del Norte y el Sol

 
 
 
 
 

El Viento del Norte y El Sol

El sol y el viento, para comprobar quién era más fuerte de los dos, se desafiaron para ver quién era capaz de quitar los vestidos al primero que pasara. El viento sopló con todas sus fuerzas pero cuanto más se esforzaba, el hombre se apretaba más a la ropa y además, al sentir frío, se echó por encima su abrigo. El sol no se esforzó demasiado: se limitó a lucir. El viajero, sudando, se quitó toda la ropa para correr a bañarse.

LA PERSUASIÓN ES MUCHO MÁS EFICAZ QUE LA VIOLENCIA

Fábulas de Esopo

 
 
 
 

Zeus, Prometeo, Atenas y Momo

Zeus hizo un toro, Prometeo un hombre, Atenea una casa, y llamaron a Momo como juez. 

Momo, celoso de sus obras, empezó a decir que Zeus había cometido un error al no colocar los ojos del toro en los cuemos, a fin de que pudiera ver dónde hería, y Prometeo otro al no suspender el corazón del hombre fuera de su pecho para que la maldad no estuviera escondida y todos pudieran ver lo que hay en el espíritu. En cuanto a Atenea, que debía haber colocado su casa sobre ruedas, con objeto de que si un malvado se instalaba en la vecindad, sus moradores pudieran trasladarse fácilmente. 

Zeus, indignado por su envidia, arrojó a Momo del Olimpo.

Cualquier obra que se haga, por más perfecta que parezca, siempre alguien encontrará alguna razón para criticarla. Así que nunca nos desanimemos por lo que juzguen de nuestras obras; nunca faltará quien le encuentre defectos.

 

GOTITAS DE AMOR

 

GOTITAS DE AMOR

"Había un incendio en un gran bosque de bambú;
el incendio formaba llamaradas impresionantes,
de una altura extraordinaria;
y una pequeña ave, muy pequeñita,
fue al río, mojó sus alas y regresó
sobre el gran incendio, y las empezó
a agitar para apagarlo;
y volvía a regresar y volvía a ir
una y otra vez;
y los dioses que la observaban,
sorprendidos la mandaron a llamar y le dijeron:

– Oye,¿ por qué estás haciendo eso?

– ¿Cómo es posible? ¿Cómo crees que con esas gotitas de agua
puedas tú apagar un incendio de tales dimensiones?
Date cuenta: No lo vas a lograr.

Y el ave humildemente contestó:

– "El bosque me ha dado tanto, le amo tanto .
Yo nací en él, este bosque me ha enseñado la naturaleza.
Este bosque me ha dado todo mi ser.
Este bosque es mi origen y mi hogar y me voy a morir
lanzando gotitas de amor, aunque no lo pueda apagar".

Los dioses entendieron el amor que tenia esa ave hacia su bosque y en virtud de ello le ayudaron a apagar el incendio, enviando una abundante lluvia".

Tomado del texto: "Unidos por Colombia" de Miguel Angel Cornejo.

"Cada gotita de agua apacigua un incendio.
Cada acción que con amor y entusiasmo emprendemos ,
un mejor mañana será su reflejo.

No subestime sus gotas:
millones de ellas forman un océano.
Todo acto que con amor realizamos,
regresa a nosotros multiplicado

 
 
 
 

SER FELIZ

 

 

luz Ser Feliz

Una vez un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro.
A partir de aquel instante comenzó a buscarla. Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes,
del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.

En un recodo del camino vio un letrero que decía: "Le quedan dos meses de vida " Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se dijo: "Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y de vida con las personas que me rodean."

Y aquel buscador infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días, encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir, estaba el
tesoro que tanto había deseado.

Comprendió que para ser feliz se necesita amar; aceptar la vida como viene; disfrutar de lo pequeño y de lo grande; conocerse a sí mismo y aceptarse así como se es; sentirse querido y valorado, pero también querer y valorar; tener razones para vivir y esperar y también razones para morir y descansar.

Entendió que la felicidad brota en el corazón, con el rocío del cariño, la ternura y la comprensión. Que son instantes y momentos de plenitud y bienestar; que está unida y ligada a la forma de ver a la gente y de relacionarse con ella; que siempre está de salida y que para tenerla hay que gozar de paz interior.

 Finalmente descubrió que cada edad tiene su propia medida de felicidad.

Y en su mente recordó aquella sentencia que dice: "Cuánto gozamos con lo poco que tenemos y cuánto sufrimos por lo mucho que anhelamos."

Ser Feliz, es una actitud.

 
 

LUZ BRILLANTE

 
 
 
 
 
 
 Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Esta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir.
Huyo un día, y ella no desistía, dos días y nada…En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y dijo a la serpiente:
– ¿Puedo hacerte una pregunta?
– No he tenido este precedente con nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar…
– ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
– No
– ¿Yo te hice algún mal?
– No
– Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
– Porque no soporto verte brillar…

Esta última frase nos invita a pensar en la razón por la que muchos de nosotros nos hemos preguntado ¿Porqué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?…sencillo, porque no soportan verte brillar. La envidia es el peor sentimiento que puede sentir el ser humano.
Es bueno recordar que aunque nos hieran, no podrán tocarnos, porque nuestra luz seguirá intacta, nuestra esencia seguirá por siempre, pase lo que pase.

Leí esto y no pude evitar que una extraña sensación recorriera mi cuerpo, y me acorde de todos vosotros, ya que día a día luchamos por mantener nuestra brillante luz. Hay momentos en que pensamos que no tenemos luz o que ésta hace mucho dejo de brillar, pero no debemos dejar que otros traten de apagar nuestra luz. Ánimo a todos y a seguir brillando!!

LOS DOS AMIGOS

 
 
 
 
 
 DOS AMIGOS (Jean de la Fontaine)
 

   En el mundo en que vivimos la verdadera amistad no es frecuente. Muchas personas egoístas olvidan que la felicidad está en el amor desinteresado que brindamos a los demás.

   Esta historia se refiere a dos amigos verdaderos. Todo lo que era de uno era también del otro; se apreciaban, se respetaban y vivían en perfecta armonía.

   Una noche, uno de los amigos despertó sobresaltado. Saltó de la cama, se vistió apresuradamente y se dirigió a la casa del otro. Al llegar, golpeó ruidosamente y todos se despertaron. Los criados le abrieron la puerta, asustados, y él entró en la residencia.

   El dueño de la casa, que lo esperaba con una bolsa de dinero en una mano y su espada en la otra, le dijo:

   – Amigo mío: sé que no eres hombre de salir corriendo en plena noche sin ningún motivo. Si viniste a mi casa es porque algo grave te sucede. Si perdiste dinero en el juego, aquí tienes, tómalo…Y si tuviste un altercado y necesitas ayuda para enfrentar a los que te persiguen, juntos pelearemos. Ya sabes que puedes contar conmigo para todo.

   El visitante respondió:
   – Mucho agradezco tus generosos ofrecimientos, pero no estoy aquí por ninguno de esos motivos…  Estaba durmiendo tranquilamente cuando soñé que estabas intranquilo y triste, que la angustia te dominaba y que me necesitabas a tu lado… La pesadilla me preocupó y por eso vine a tu casa a estas horas. No podía estar seguro de que te encontrabas bien y tuve que comprobarlo por mí mismo.

 

   Así actúa un verdadero amigo. No espera que su compañero acuda a él sino que, cuando supone que algo le sucede, corre a ofrecerle su ayuda.

   La amistad es eso: estar atento a las necesidades del otro y tratar de ayudar a solucionarlas, ser leal y generoso y compartir no sólo las alegrías sino también los pesares.

LA IMPORTANCIA DE SER

 
 
 
 
 

La importancia de ser

Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.
Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste.
El pobre tenía un problema: “No sabía quién era.”
Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano, si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas.
“¿Ves que fácil es?”
No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y “¿Ves que bellas son?”
Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.
Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:-No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra.
Yo te daré la solución:
“No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas…Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior.”
Y dicho esto, el búho desapareció.
¿Mi voz interior…? ¿Ser yo mismo…? ¿Conocerme…? Se preguntaba el árbol desesperado, cuándo de pronto, comprendió…
Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:
“Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal.Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje…Tienes una misión “Cúmplela”.

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.

Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Yo me pregunto al ver a mí alrededor, ¿Cuántos serán robles que no se permiten a sí mismos crecer?, ¿Cuántos serán rosales que por miedo al reto, sólo dan espinas?, ¿Cuántos naranjos que no saben florecer?.

En la vida, todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar…